martes, 21 de mayo de 2013

A México

Por Maria Camila Leguízamo
En estos tiepos violentos, mucha solidaridoad con mi hermanos mexicanos


Siete del medio día

El calor asciende a la desquicia polar

una mano agarrotada sopesa la sangre

cada dedo negro, cada uña blanca, una palma tibia

 
Seis del medio día

La nube prometida se tiñe de nácar

recreo interminable sin sombra ni clamor

se agazapan a la espera del maná prometido

mientras la ultima gota se esfuma

 
Cinco del medio día

La planta se mece, se mece y se seca.

a lo lejos la ciudad a través de un prisma

se luce en remolinos de mentira

la luz del sol atraviesa el polvo

y deja ver una rosa enceguecida

 
Cuatro del medio día

Un niño se deja caer en las edades perdidas

el suelo truena y se agrieta aun más.

la mano agarrotada ya no esta tibia

 un sueño, un precio, un ademan.

 
Tres del medio día

Los silencios han vuelto

destapan el cielo de su abombado marfil

cicatrices gruesas, queloides hinchados

se abren de nuevo. Sangran la tierra

por última vez

Dos del medio día

Ira, amor. Sonrisa, llanto. Canticos,

maldiciones. Soslayo, depresión. Armonía

y Caos contemplan su obra.

 
Una del medio día

Un vientre se abre, brotan juncos, nardos

tan altos como edificios

el acordeón florece en ocres destellos.

se seca la boca, se parte la lengua

arena: los dientes.

 

Doce

La sangre fluye en caudales de barlovento

estallido fugaz. Sorpresa, verde y rojo

sorpresa…

crece la llama con salpicaduras

se ahoga para siempre con el caudal

la sangre, vida y muerte

sorpresa final

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