martes, 21 de mayo de 2013

Literatura, Saramago, Vargas LLosa y yo


 Un amigo me dijo hace poco, la literatura no sirve para nada, y estoy de acuerdo, el simple hecho de querer medir con la vara que hoy nos mide, el capitalismo y la globalización, una forma que existe porque nosotros existimos, es un absurdo. La literatura es una forma que nos habita desde tiempos inmemoriales, desde que somos Hombres, la literatura ha estado presente. Dirían algunos que es Ella la que nos da nuestra humanidad. Porque, qué es la literatura sino la capacidad de imaginar, de soñar, de sortear la realidad. Vargas Llosa y Saramago hablan de las historias que escuchaban de pequeños. El abuelo sabio que lo invitaba a pasar la noche en la higuera a la luz de espantos y muertos centenarios:

“Muchos años después, escribiendo por primera vez sobre éste mi abuelo Jerónimo y ésta mi abuela Josefa (me ha faltado decir que ella había sido, según cuantos la conocieron de joven, de una belleza inusual), tuve conciencia de que estaba transformando las personas comunes que habían sido en personajes literarios y que ésa era, probablemente, la manera de no olvidarlos, dibujando y volviendo a dibujar sus rostros con el lápiz siempre cambiante del recuerdo, coloreando e iluminando la monotonía de un cotidiano opaco y sin horizontes, como quien va recreando sobre el inestable mapa de la memoria, la irrealidad sobrenatural del país en que decidió pasar a vivir” (Saramago)

 O las historias de Verne contadas hasta el cansancio y releídas por el pequeño para escribir un final y prolongar el episodio favorito hasta siempre. Llosa, utiliza en su discurso herramientas de su prosa, y al igual que en su prosa nos enganchamos de principio a fin con su voz. Es un hombre recio y sereno a la vez, con ideales muy claros y con un amor a la literatura envidiable, infantil. El espíritu creador del infante es el que jamás debe abandonar nuestros cuerpos; tarea titánica en un mundo como en el que vivimos, pero no imposible: “crear una vida paralela donde refugiarnos contra la adversidad, que vuelve natural lo extraordinario y extraordinario lo natural, disipa el caos, embellece lo feo, eterniza el instante y torna la muerte en un espectáculo pasajero.” (Vargas, 1)

La libertad que da el lenguaje es la libertad que añoramos encontrar en la vida, la vida se complementa con nuestro yo creador, a su vez, libertad de la muerte. Una parte de nosotros, que no cabe en el cuerpo palpita con una fuerza insospechada. Clama por un pasado irrecuperable, por las historias que fueron y que nos hacen; es la necesidad de nuestro yo de inmensidad.

Es hermoso ver lo que autores tan grandes y tan sabios, que han sabido escuchar sus palpitaciones conciben de la literatura. Todos desde sus experiencias, algunos más políticos, otros más nostálgicos, quién sabe cuál más sabio, en total nos regalan miradas del mundo. Mundos subjetivos y llenos de preguntas  que se nos regalan en un pequeño libro. Cada libro, un tratado de humanismo, un camino hacia lo inexpugnable, hacia lo infinito, a veces de lo cotidiano. Porque la inmensidad habita hasta en la mandarina que está delante de mi en este momento. 

La sciguiente me parecieron citas interesantes de Vargas Llosa sobre la literatura:

Igual que escribir, leer es protestar contra las insuficiencias de la vida. (2)

La literatura crea una fraternidad dentro de la diversidad humana y eclipsa las fronteras que erigen entre hombres y mujeres la ignorancia, las ideologías, las religiones, los idiomas y la estupidez. (3)

La literatura es una representación falaz de la vida que, sin embargo, nos ayuda a entenderla mejor, a orientarnos por el laberinto en el que nacimos, transcurrimos y morimos. Ella nos desagravia de los reveses y frustraciones que nos inflige la vida verdadera y gracias a ella desciframos, al menos parcialmente, el jeroglífico que suele ser la existencia para la gran mayoría de los seres humanos, principalmente aquellos que alentamos más dudas que certezas, y confesamos nuestra perplejidad ante temas como la trascendencia, el destino individual y colectivo, el alma, el sentido o el sinsentido de la historia, el más acá y el más allá del conocimiento racional. (11)



Bibliografia


Discurso Mario Vargas LLosa, ¿Qué es literatura? Elogio de la lectura y la ficción.  


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