martes, 21 de mayo de 2013

¿Para qué la literatura en tiempos de violencia?

En otras palabras, la pregunta alude a la utilidad de la lectura, de la escritura de poesía, narrativa, ensayos, teatro, etc. Para Marti, el arte es una manifestación que sólo tiene validez cuando se acerca al hombre, el arte por el arte no tiene un sentido ulterior al de existir en la belleza: “…sino el arte con el hombre y para el hombre que lo hace y lo sabe recibir (Alzaga, 2).  

La filosofía artística de Martí es completamente ética: es para u por el otro, por su país, por la libertad. En este sentido, Martí conoce el poder de la literatura en la gente y su efecto en la masa. Es por eso que busca incansablemente crear una literatura propia del continente, una literatura americana (6);  busca la libertad de las formas y la descolonización del pensamiento. Afirma Alzaga que Martí considera que el arte debe pelear contra la opresión y poner todas sus armas al servicio de la libertad (4). Como vimos, el pensamiento martiano ya ha esbozado una primera respuesta al para qué de la literatura en tiempos de violencia. La  literatura es una  manifestación del arte, el cual nos recuerda la esencia del hombre, un ser que busca la paz y la armonía. 

Por su parte,  “Sólo la belleza nos podrá salvar” dice Dostoievski. La literatura es una forma de la belleza. Nos salva de nuestros propios demonios, de nuestra realidad inmediata, cuando lo necesitamos, de nuestras enajenaciones de la vida diaria, nos salva del horror de olvidar al otro y de perder la capacidad de imaginar un mundo mejor. Es la literatura la que abre la puerta, si el sujeto que aguarda al otro lado de la página así lo quiere, a un mundo sin violencia, la que nos invita a Utopía y la que nos dice que no es imposible habitar allí. Cuando leemos o escribimos, imaginamos y nos acercamos a través de la palabra a la belleza. “La belleza para Martí, eleva y ennoblece” (Alzaga, 3): El mundo sin belleza es un mundo horrible, es el mundo de la costumbre en el que no vale la pena vivir, un mundo de sujetos y no de comunidad. Con el sueldo del trabajo subsistimos, con la belleza, la literatura, etc., deseamos vivir (Jaramillo).

 Sin embargo, no es suficiente que exista la belleza para cambiar el mundo, para que se acabe la violencia. No, es necesaria también la disposición del que lee el mundo, del que lee el libro. Es el caso de la guerra de los Balcanes, “una guerra de poetas” (Clara Uson): todos los generales, los altos mandos escribían hermosos versos, poesía y leían arduamente los clásicos. Sin embargo esto no bastó en una de las guerras más grandes y con más muertes humanas de nuestra historia reciente. Clara Usón en la Hija del Este narra este acontecimiento con un tacto y una calidad literaria insuperables.
 
La literatura puede considerarse como la búsqueda del mejor mundo posible, búsqueda que se realiza en la imaginación pero que se debe concretar en la realidad. Así, el arte y especialmente la poesía son  manifestaciones  del Ser auténtico del hombre. Ser desde una perspectiva filosófica existencialista, en la cual el Ser es la realidad auténtica de las cosas. Es decir que en la literatura se manifiesta el Ser (Heidegger).

Para concluir podemos asegurar que a lo largo de la historia ha existido la violencia. La épica de los pueblos (pugnas a lo largo del tiempo entre hombres iguales) es la manifestación de una parte de la esencia del ser humano. Sin embargo, al nacer la literatura no desaparece la violencia, pero se reflexiona sobre ella y se cuestiona esa parte de la humanidad. Hace al ser humano caer en cuenta de sus actos, actúa como espejo de la realidad. Por su parte, la literatura es el primer espacio, como afirma Vargas Llosa en su discurso de la civilización.

Bibliografía



Alzaga, Florinda. (1983). Concepción estética del arte y la literatura en José Marti. Centro Virtual Cervantes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario