miércoles, 22 de mayo de 2013

Circulo de lectura

Voces en el parque de Antony Browne

03 de Abril del 2013
Hora de reunión: 3:30pm a 4:00pm
Participantes: Nena,Nene, Grandota y Beba.


Antes de comenzar nos saludamos, había empezado a llover torrencialmente hace unos minutos, entonces, la idea de leer en el parque se arruinó. Tuvimos que quedarnos en la casa. Quería que saliéramos al parque a jugar simulando el bosque, o en general, el exterior. Entonces, nos quedamos en la casa de la abuela. La actividad propuesta fue disfrazarnos como si estuviéramos en un bosque frío, con los colores de los personajes, rojo, azul. Jugando a crear una historia parecida o la misma a la que leímos.

Jugamos Sapo sapito sapo a petición de los pequeños los cuales ya se aprendieron la ronda. Y sin más preámbulos comenzamos a leer el libro.

Este texto maneja una interesante forma: contrasta las visiones de los personajes de un mismo hecho. Además cada personaje tiene una voz propia expresada con un tipo de letra particular. Para la lectura del libro me basé en los autores del primer módulo para animarme a interpretar las voces de cada uno de los personajes. De manera que la voz de los pequeños resultaba más dulce mientras que la del personaje del padre era gruesa y la de la madre chillona y refinada.

El texto trata valores como la igualdad, la amistad y antivalores como la discriminación, el clasismo. Traté que a través de mis preguntas los niños pudieran vislumbrar estos sentidos del texto más profundos. En algunos casos lo logré en otros pareció que pasaron inadvertidos.

Un dato curioso es que Beba empezó a hacer preguntas del texto a Nena para alentarla a que hablara. Cuando nos sentamos todos a escuchar y a leer hay una emoción muy grande y es necesario recordarles que no pueden agolparse todos tan cerca del libro, sino que hay que respetar el círculo para que todos vean. Nena se distrae fácilmente si la tapan, por lo cual este detalle de Beba me pareció relevante.

Finalmente, jugamos con todos al puente está quebrado... Todos nos divertimos mucho hasta que accidentalmente en la parte final, cuando los dos equipos están jalando cada uno para su lado, nos tropezamos y una taza se rompió. Estaban participando también las abuelas, cada una en un equipo, trataban de que los adversarios cruzar la línea imaginaria. La suerte decidió que ambos equipos ganaron, un empate por una taza.

Para finalizar, tomamos unas onces, todos sentados y en confianza hablamos de lo que más nos gustó del libro, de las ilustraciones, de los finales paralelos y de cómo podían continuar las historias más allá de las páginas y de lo que veíamos.



Nos despedimos.

En orden con lo que las maestras Arizpe y Styles proponen y concluyen en su investigación pude observar en mi propia y corta experiencia que mis pequeños tenían algunas de las respuestas positivas que en el estudio se resaltan. Ninguno de ellos supera los 6 años. Claro que mi capacidad para formular preguntas y para manejar grupos no está a la altura de las dos maestras, pero para mí fue importante siempre hacerles preguntas que los ayudaran a profundizar en lo obvio hacia lo interesante. Algo que me llamó la atención es que las maestras preguntan a los niños de la siguiente forma: “qué quiso decir el autor con esto…”. Tal vez por mi formación, no se me ocurrió mencionar jamás al autor en la lectura de las imágenes. Pensaba en la teoría de la muerte del autor y en el hecho de que no debe predominar la figura sobre la historia.  Sin embargo, considero que se puede encaminar la discusión hacia otra parte si se pregunta de la manera que ellas lo hacen, pero considero que se va creando en el inconsciente del lector la idea romántica y hedonista del escritor.  Probaré con esta nueva forma de preguntar.

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