martes, 12 de marzo de 2013

EL CANTO DE LA PLAZA de Ana María Machado

Hace algunos años, caminando por la Candelaria me encontré con las librerías de viejo cerca del Museo del oro. Entre la los infinitos estantes, tapetes y repisas de libros amarillentos, encontré una pequeña novela llamada El canto de la plaza. Por esos días estaba tomando una clase con la maestra Beatriz Helena Robledo  ella había mencionado a  Ana María Machado, autora del libro. Antes de tomar la clase, con Beatriz me había encontrado en una feria del libro con una serie de textos críticos sobre literatura infantil: conferencias reunidas de Ana María Machado y otra autora.  Así es el mundo, así somos nosotros, como los personajes de El canto de la plaza, nos movemos en el tiempo, de presente a pasado y de pasado a futuro;  el qué, el cuándo o el por qué los desconocemos. Nos movemos por las líneas del tiempo y vamos construyendo nuestro camino, nuestra realidad. Simon Simonelli, Simón, Simnon es el narrador capaz de derrotar las barrears del tiempo y del espacio, conocedor de la magia de Merlin, saltimbanqui de corazón y señor del sí y el no. ël junto con tres personajes más pequeños, viajarán por los tres tiempos, presente, pasado y futuro para tratar de solucionar una guerra inminente.
Me parece que es un libro encantador, con un principio un poco lento pero con un desarrollo delicioso. Rúne en sus páginas el misterio, la amistad, el amor, el desamor y la guerra; todo esto con los polvos mágicos de la ciencia ficción. Machado nos lleva por mundos que son todos y ninguno, por tiempos que son todos y ninguno, por personajes que somos todos y ninguno para desentrañar el misterio de la guerra y de la paz: un tema milenario y completamente actual. El juego de tiempos del que se vale la autora genera una pregunta en sí mismo ¿acaso no basta con conocer la historia para no repetirla? ¿por qué el hombre, como raza, es tan testarudo? ¿es posible que la memoria colectiva sea tan corta? ¿cuál es el verdadero motivo detrás de una guerra? ¿es posible, como en el libro, descongestionar nuestro cerebro de tanto miedo, de tanto moco social como para poder imaginar una solución hacia la paz?
Considero este libro una pequeña obra de arte y agradezco al mundo, al destino, a la cospiración galáctica por haberme guiado hasta esa primera encuentro en una estantería cualquiera, de un lugar cualquiera. No se pierdan de leerlo, no se arrepentirán.

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